El tiempo

El tiempo indica el momento en que se realiza la acción del verbo, este puede ser en una época pasada , ahora o en una época después de ahora.

La voz

En estas dos oraciones: 1) Cervantes escribió el quijote. 2) El Quijote fue escrito por Cervantes . El sentido es el mismo, pero se diferencian gramaticalmente en que:

El aspecto verbal

Los verbos de nuestro idioma presentan dos aspectos:

Accidentes gramaticales del verbo

Los accidentes gramaticales son los cambios que sufre el verbo para expresar el tiempo( presente, pasado, futuro), la persona (primera, segunda, tercera), el número (singular, plural), el modo (indicativo, subjuntivo, imperativo).

Modo indicativo

Modo indicativo Presente: Expresa una acción actual no terminada, es, por tanto, de aspecto imperfecto

lunes, 27 de enero de 2014

Accidentes gramaticales del verbo

Los accidentes gramaticales son los cambios que sufre el verbo para expresar el tiempo( presente, pasado, futuro), la persona (primera, segunda, tercera), el número (singular, plural), el modo (indicativo, subjuntivo, imperativo).

De estos accidentes, los propios del verbo son el tiempo y el modo, ya que el número también existe en otras partes variables de la oración, tales como el adjetivo, el nombre y el pronombre; así como la persona es propia también de los pronombres personales.

Además de los accidentes gramaticales del verbo citados, existen otros dos: El aspecto y la voz


El aspecto verbal

al decir jugué y jugaré, se expresa una acción opuesta a la otra por el tiempo, pasado y futuro, respectivamente, en que están expresadas.
Pero si decimos jugué y jugaba, son dos acciones en las que no es tan fácil encontrar la oposición entre ellas, ya que las dos están en pasado.

Así, pues, aquí entra en juego el accidente verbal al que se ha llamado aspecto, que es el que permite matizar esa diferencia y en la que es fundamental la idea de duración.

Jugué indica una acción pasada que finalizó en un momento del pasado: jugué al tenis en el parque (pero dejé de jugar en algún momento)

Jugaba expresa una acción también pasada, pero sin tener en cuenta el momento final de la misma, es decir, la acción puede continuar en el pasado: jugaba al tenis en el parque (no implica el final de la acción).

Se llama aspecto verbal al accidente gramatical que se refiere al desarrollo interno de la acción del verbo.

martes, 14 de enero de 2014

Accidentes gramaticales del adjetivo.

El adjetivo presenta morfológicamente dos accidentes gramaticales: el genero y el número. Mediante ellos puede concordar con el nombre; en masculino o femenino, y en singular y plural.

El lobo es feroz
Los lobos son feroces
La mañana esta fría
Las mañanas están frías

Todos los  adjetivos presentan variación de número.

Feroz- feroces
Fría- frías
Célebre-celebres
Rojo- rojos.

Pero no todos presentan variación de genero. Hay multitud de adjetivo en la lengua española que tienen una sola terminación, con la que señalan el masculino y el femenino.

El lobo feroz                     La pantera feroz
Un hombre celebre           Una mujer celebre
EL mar azul                      la camisa azul
El pastel dulce                  la tarta dulce

El adjetivo de dos terminaciones concuerda con el nombre en genero y número: traje negro; trajes negros; corbata negra; corbatas negras.

El de una sola terminación sólo concuerda en número: concierto breve; conciertos breves.

Cuando el adjetivo acompaña a dos o más nombres a la vez, va siempre en plural y en masculino o femenino si todos los ombres son masculinos o femeninos.

Chicas y mujeres altas
Sombreros y trajes antiguos

Si acompaña a nombres masculinos y femeninos, va en masculino.

Hombres y mujeres altos.
Ríos, montañas y aldeas pintorescos.

Algunos adjetivos sufren apócope, es decir, pierden alguno o algunos de sus fonemas finales.

Bueno, malo, santo, pro ejemplo,  pierden la -o del morfema masculino cuando van ante nombres masculinos en singular: buen hombre, mal año, San Juan.

Santo presenta algunas excepciones: Santo Tomás, Santo Domingo, Santo Ángel de la Guarda.

Grande apocopa en gran cuando va ante nombres masculinos o femeninos en singular: gran ciudad, gran jefe, gran mujer, gran edificio.




El verbo

El verbo es la parte que, sola o unida a otras, funciona como núcleo del sintagma predicativo de la oración. Así en las siguientes oraciones podemos ir suprimiendo palabras del sintagma predicativo y éste permanece:

La niña paseó temprano por la orilla del mar Caribe.

Paseó temprano por la orilla del mar.

Paseó temprano.

paseó.


No podemos suprimir paseó porque, en ese caso, se destruiría la oración.

El verbo es el núcleo del sintagma predicativo, como el nombre lo es del sintagma nominal.

El verbo es una de las partes variables de la oración. Varía para expresar sus varios accidentes: tiempo, modo, número, persona, voz y aspecto. Estos accidentes están indicados por los morfemas verbales.

Los morfemas verbales pueden ser de dos clases: los que se unen a un lexema y reciben el nombre de desinencias: Cant + aba (cant: lexema, aba morfema) y los que son una forma del verbo haber, que es un verbo auxiliar y acompaña al participio del verbo que se conjuga: habías + cantado.

Las forma verbal que presenta desinencia recibe el nombre de forma verbal simple; la que utiliza el verbo auxiliar haber recibe el nombre de forma verbal compuesta.

En las formas simples, la desinencia nos indica los accidentes gramaticales del verbo. En las formas compuestas, el verbo haber, con sus propias desinencias, es el que nos da los accidentes del verbo que se conjuga. El participio pasivo sólo informa del significado de la forma verbal.

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